viernes, 31 de diciembre de 2010

Nochevieja

Ya han pasado 365 días.


Supongo que esto es lo que se siente cuando te vas haciendo mayor.




Leti, Sofi, Txiki, Ramsy, Oscar y yo os deseamos un feliz y buen año.




Gracias por acompañarme un año más.
Espero veros por aquí los próximos 365 días.


¡¡Feliz Año VeinteOnce!!




miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ramsy II

¡¡Hola soy Ramsy!!





¿Estoy cambiado verdad?

Ayer la señora ésta me llevó al veterinario y le dijeron que con 15 días de reposo mi patita se pondría bien. Para mi infección me tomo todos los días mi antibiótico como un bendito. Y ayer me pegaron un pedazo de baño........ el agua lo aguanté bien, pero luego cogió un aparato que hacía mucho ruido, y eso si que no!!!! Que miedo!!!! Intenté escapar, la miré con cara de pena, y se apiadó de mi.

Me secó con la toalla y me puso junto al radiador.

Me dice que tengo el pelo muy bonito y suave y de momento no la he hecho estornudar.
Se ha liado a sacarme fotos y como dice que salgo guapo en todas, ¡¡ala!! os las pone todas.
Según ella, seguro que pronto se enamoran de mi.

Espero que no os aburran.
















 
 

lunes, 27 de diciembre de 2010

Talo con txorizo

El Talo es una especie de tortita típica del País Vasco.
La masa se elabora con harina de maíz, sal y agua, y se hace a la plancha.

El Talo solía comerse como pan en los caseríos, hasta que la generalización del pan de trigo acabó, en el siglo XX, con el cosumo del talo. Pasó de ser un alimento común, básico y poco considerado, a ser preparado y consumido únicamente en ciertas ocasiones especiales al año, ganando en prestigio.

En la actualidad es típicio comerlo con txorizo a la sidra, txistorra o panceta. Se suele vender en los puestos de aldeanos en festividades como, Santo Tomás o la Virgen de Begoña en Bilbao.
Y es tanto lo que gusta, que somos capaces de pagar entre 5 y 6 euros, y esperar iterminables colas por comernos uno.


Para mi sorpresa el jueves 23 paseando por el centro de Vitoria, había una feria típica de productos de caserío y el olor nos llevó hasta él..........




Os aseguro que la espera mereció la pena............





Uhhhhhmmmmmmmmmm

sábado, 25 de diciembre de 2010

Ramsy, cachorro abandonado por Navidad.

Hoy tengo un invitado en casa. Se llama Ramsy.

El día de la lotería se cruzó en el camino de Leti, la miró con ojitos suplicantes "sacáme de aquí".

Sin saber muy bien qué hacer con él, Leti lo cogió y lo metíó dentro de su abrigo.

Tras pasar dos días ingresado, ayer me lo trajo a casa. Aquí estará hasta que esté recuperado y pueda ir al pisin.

Tendrá unos 5 meses, está sucio, lleno de garrapatas, con infección de orina, cojea de una pata trasera, flaco....... demasiadas cosas para un cuerpecin tan pequeño.

Su carácter es muy bueno, no extraña, no se asusta de los humanos, se deja curar, se deja acariciar......... Reconoce el ruido de la puerta de casa cuando llegamos, la lata donde guardo el pienso.... demasiadas cosas para un enanito llegado de la calle. Ramsy es un caso claro de abandono.


Por delante aún queda curarle de la patita, de la infección, que coja fuerzas y un buen baño.

Pero ayer durmió calentito y con cena especial en mi "habitación de invitados". Ayer fue una Noche Buena.


¡Gracias por salvarle Leti!
 
 












jueves, 23 de diciembre de 2010

¡Felices Fiestas!


Siento no tener una felicitación propia para poneros, pero es que desde que estoy en Esperanza Felina, ya no puedo dedicar al blog tanto tiempo como antes y como me gustaría........

Pero los michis mandan.............. y trabajar para cubrir sus necesidades y sacarles adelante, me roba todo mi tiempo.

Así que uno mis buenos deseos para todos vosotros a los de E.F.




¡MIAU FELICES FIESTAS!




El 2010 año ha sido un año muy duro para nosotras.

Un año de cambios, de miedos, de mucho trabajo, de empezar de 0, de nervios…………

Pero también un año lleno de satisfacciones, de ilusiones que se convierten en realidad, de caras y nombres de gatos que han encontrado un hogar, de buenos adoptantes, de gente maravillosa que se ha volcado con nosotras.
De Esperanza……….

Para el 2011 sólo pedimos seguir con las fuerzas para seguir adelante y seguir contando con vuestro apoyo.

Día a día sentimos como Esperanza Felina se está haciendo grande.





miércoles, 22 de diciembre de 2010

SORTEO NAVIDEÑO. Columpio de Gatos VI


Es mííííííoooooooooo




El



ha sido el 79.250

Y me pega de maravilla en el salón




 
Os cuento la historia de estos dos números sueltos:


En el mercadillo, con tanta lluvia, se mojaron enteros y se corrió la tinta. Así que dije "bueno, pues me los quedo yo para que no descuadre.....". Y los pagué, eh!!  (como todos)
 
 
Podéis consultar el listado completo en
 
 

P.D.: Montaje fotográfico gracias a María de Asturias MACAREGUI
(me meo)

martes, 21 de diciembre de 2010

Copito se ha ido.



Hoy es un día muy triste para Esperanza Felina.

Copito nos ha dejado.

No tenemos palabras, sólo lágrimas





Copio la dedicatoria de Bea, una compañera de E.F.

Hoy, con el corazón encogido, hemos tenido que decir adiós a un gordito muyyy especial para tod@s
Hemos sufrido con él, hemos luchado, pero al final no ha podido ser.
Le hemos acompañado en su final, que realmente es su principio y ahora nos espera ahí arriba, para cruzar juntos el arcoiris.
Mi gordo guapo, ahora estás bien, tienes de nuevo tus dos orejitas, por fin se cerró tu maldita herida, salieron los balines de tu cuerpecito y ahora descansas...
Gracias por todo este tiempo, nos enseñaste a luchar sin desfallecer, y quisimos regalarte, en un último acto de amor, un paso al arcoiris sin sufrimiento y sin dolor.
Una parte de nosotr@s se ha ido hoy contigo... Devuélvenosla cuando vayamos a buscarte.
Te quiero, mi niño gordo... Ojalá hubiera sido todo de otra manera.
Gracias especialmente a Leire, su ángel, que le ha esperado un año con infinita paciencia... Tú también tienes, donde esté, un hueco a su lado.



sábado, 18 de diciembre de 2010

Los Picapiedra ¡¡¡ADOPTADOS!!!

Estos días ando como las locas 


Entre el sorteo del columpio, las ventas de la tiendita por Navidades y demás papeleo pendiente de la asociación, no doy a basto.

Pero saco un ratín para pasarme por aqui y daros el notición de que, por fin:

Los Picapiedra están todos adoptados

Pedrito y Vilma comparten piso en Madrid, al igual que sus nuevos papis.
Pablito se ha ido hasta Málaga, a casa de la madre del adoptante de Pedrito (todo queda en casa),
y Betty se ha quedado en Vitoria.

Todos ellos sólo tienen buenas palabras para los peludines y no entienden como la gente no se ha peleado por ellos.

Ellos ya pasarán las Navidades en familia.

Y su marcha ha dejado un hueco que pronto otros ocuparán,
y todo comenzará de nuevo.

Pero siempre habrá un hueco en nuestro corazón y en nuestros pensamientos para ellos.



Gracias a todos los que os preocupasteis por ellos y nos ayudasteis en su difusión.



miércoles, 15 de diciembre de 2010

Besaría sus manos. Un conmovedor artículo de Ruth Toledano

En homenaje a todas esas mujeres, y algún hombre.
He incluido fotos buscadas en internet.

Al final del artículo, tenéis el link al texto original.


" Sale del portal con dos voluminosas bolsas, una colgando de cada mano. Parece que pesan bastante pero ella las lleva con esa ligereza con que las personas más fuertes manipulan las cosas grandes y aparatosas. Casi menuda, dice que las caminatas nocturnas la mantienen en forma. Lleva un pantalón de chándal, un forro polar azul y un par de zuecos de goma, de esos con agujeros por arriba que antes solo calzaba el personal sanitario o el de la limpieza y que de pronto empezamos a ver en los pies de los turistas yanquis y de las modelos más díscolas. Ella se los pone para no empaparse en los charcos, para poder meterse por el barro. Hace ya al menos dos horas que anocheció y no se ve ni un alma. Se diría que la única vida alrededor es la que se enmarca en las ventanas iluminadas por la luz anaranjada de las salas de estar y los fogonazos azules de los televisores. Pero hay una vida más pequeña, una existencia más modesta que impulsa a nuestra amiga cuesta abajo, cargada con sus bolsas, y hacia la que camina con el pelo algo desordenado y la sonrisa en su sitio.




No puedo decir su nombre. Tampoco puedo desvelar el lugar en el que nos encontramos. La sigo con una devoción similar a la que supongo se profesa a los santos, mientras ella me explica que hace siete paradas en su ruta. Todas las noches, cuando los demás se han ido de vacaciones o han salido a divertirse o remolonean en su sofá o se encuentran debilitados por la gripe. Todas las noches, haga frío o calor.



Hoy estamos de suerte: no nos empapa la lluvia ni nos azota el viento ni la helada nos corta la respiración. Es solo una simple noche de invierno, pero advierto que ella debe de estar hecha de un material más resistente, pues varias veces, al agacharse, el pantalón del chándal y el forro polar se separan un poco en su espalda y dejan al aire una franja de carne donde yo tengo la impresión de sentir el frío más que ella misma: como si la concentración en lo que hace le impidiera sentirlo, ni una sola vez acerca la mano al borde de la ropa para estirar, hacer ese gesto de taparse. Mientras distribuye la comida (una seca que suena -lo único que se oye en esta soledad- al caer sobre el recipiente de plástico que recupera de entre los matorrales y que coloca sobre unos cartones con los que sustituye los mojados, y otra, que sirve de una lata -una de ese montón de latas que le trae regularmente su cómplice, su amigo-) me digo que no hay material más resistente que el amor y que por eso ella no siente el frío.




Tampoco tiene miedo. Se lo pregunto porque suele hacer el recorrido sola y nuestra primera parada es en un parque, al borde de una carretera. La luz de unas pocas farolas ilumina apenas un lugar que de noche es de sombras: las de los árboles, las de un quiosco de bebidas, las de los fantasmas que me acechan. A ella no. Ella solo teme a los envenenadores y se le ha iluminado la cara cuando un enorme gato corre a lo lejos hacia donde estamos. Le ha avisado con un tono especial y unas palabras dulces, que él ha reconocido rápido. Le llama Coco. Le habla. Cree que queda poco para acabar con su periodo de socialización y que entonces podrá aplicarle el método CES, que la anima desde hace años a continuar con su esfuerzo: capturar-esterilizar-soltar, el único eficaz para controlar el crecimiento de la población de gatos callejeros y gestionar de la mejor manera sus colonias.




Ella realiza una tarea que debiera ser obligación de las instituciones locales. Lo hace sola y casi clandestina, con la mera connivencia de algunos vecinos que toleran su generosidad frente a la hostilidad, y hasta el acoso, de la mayoría. Frente a quienes persiguen y agreden a los gatos callejeros o asilvestrados. Pero sabe que son la educación, la sensibilización y la responsabilidad las vías para proteger a estos bellos, misteriosos y pacíficos compañeros. Actualmente alimenta a unos 50 y trata de ganarse la confianza de unos cuantos a los que esterilizar y devolver a su colonia si no encuentra adopción para ellos. Ha perdido la cuenta de los que ha salvado, devolviéndolos o no a la calle. Los desparasita regularmente. Se lleva a casa a los enfermos. Rescata camadas huérfanas que lloran por sobrevivir.



Después del parque vamos a un par de descampados. Luego, a una azotea mugrienta, inundada y sórdida, a la que se accede por unas escaleras metálicas y donde solo distingo aparatos de aire acondicionado. Allí la esperan otros seis, que me recuerdan el calor de las mantas y el cariño en que he dejado envueltos en casa a mis dos gatos, que también fueron callejeros. Siento angustia, tristeza y rabia. Ella les recoloca el refugio de poliuretano que su amigo ideó para ellos hace unos días. Ya solo queda un punto, en plena calle. Allí rescató a Héctor, al que puso el nombre del niño con el que jugaba. La silueta de su hermano se recorta al final de la acera. Solo entonces se enciende ella un cigarrillo de liar que saca de una cajita de metal. Y solo entonces me fijo en sus manos: algo toscas, con la piel seca y cortada. Son las manos de alguien cuya profesión sugiere manos finas y delicadas. Y cuando veo esas manos que algunos considerarían estropeadas, me dan ganas de besárselas. "





La periodista, poeta y escritora Ruth Toledano es columnista de el diario El País.
Destaca por su lucha a favor de los derechos de los animales, y no le duelen prendas a la hora de hablar claro.







martes, 14 de diciembre de 2010

SIMON´S CAT Vol. IX

Ishtar desde Bilbao nos pone al día con la última entrega navideña de Simon´s Cat





Éste ya vuelve a ser tan bueno como los primeros


¿Y vosotros?
¿Habéis desistido, como yo, de poner el árbol de Navidad y el Bélen?


lunes, 13 de diciembre de 2010

Tienda Esperanza Felina: Bolsas de la compra plegadas

También tenemos bolsas de la compra plegadas



NEGRA (2 unidades)



MORADA (2 unidades)



CREMA (1 unidad)



ROSA (6 unidades)




Muy útiles para llevar en el bolso. Desplegadas son así:







Donativo 6 € + gastos de envío